
ca42 / Mercado de San Antón
Arquitecto/s
Un edificio público debe ser reconocido por una serie de características que lo diferencien del conjunto continuo de viviendas que conforman la ciudad. Dicho de otro modo: debe ser diferente, no sólo porque alberga un uso a su vez muy diferente, sino porque debe trasmitirlo mediante su imagen pública. Debe por tanto diferenciarse por su escala, por el modo de entrar, por sus materiales, por su relación con la ciudad. Pero su singularidad debe encontrar también puntos de conexión con su entorno: los colores de los revocos de la zona, un material tradicional aunque tratado con una estética contemporánea, un modo de insertarse en la trama de calles que la integre explicándola. El barrio de Chueca se caracteriza, urbanamente, por tener uno de los tejidos de vivienda más homogéneos de Madrid, según un tipo característico del último tercio del siglo XIX. Es un Madrid de balcones, librillos, fraileros, granito y revocos de colores de tierra (ocre, albero, oro). Pero sin edificios públicos ni equipamientos, que cuando aparecen deben aspirar a esa sintonía desde el contraste matizado y sin estridencias…
Fotografías
Material empleado
