
ca46 / Casa Bitxo
Arquitecto/s
Pasear por el campo de Graugés, un paisaje de suaves lomas en el valle entre la Depresión Central Catalana y el Pre-Pirineo, encontrar los dos lagos y descubrir una traza. Una quebrada asoma diagonalmente y surca el territorio, una quebrada querida y artificial que cristaliza en hormigón y ladrillo. Xavi y Queralt asumen la traza y la escritura de propiedad define el terreno. Caminar junto a ellos durante años, resiguiendo esa traza, ese muro. Abrazarse a él. Las estancias, los cuerpos auxiliares, la piscina, el jardín, el huerto, se abrazan al muro y configuran la casa. Acomodar las tierras y modelar futuras topografías familiares de niños bajando en patinete por la rampa interior de acceso. Primer elemento de la espiral que configura la casa y reconoce la orografía del terreno natural. Uno, la rampa. Dos la cocina y el comedor en los que desembarca la rampa. Tres, cambio de sentido, cinco escalones y el estar abierto al comedor y al jardín. Cuatro, otros cinco y la habitación principal. Cinco, cambio de sentido y ya sobre la rampa de acceso, otros cinco y un dormitorio. Seis, los últimos cinco y otras dos habitaciones sobre la cocina. Siete, a la espera de un palo de bomberos que, presumiblemente, nunca llegará…