El desarrollo urbanístico de los terrenos sin edificar pertenecientes al Fuerte de San Francisco de Guadalajara se realizó durante el primer decenio del presente siglo por iniciativa de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Supuso la creación de un nuevo barrio situado casi en el centro de la capital alcarreña, que se destinó a satisfacer las necesidades de vivienda protegida que ya por entonces tenía la ciudad.
