Unos amigos compraron en mayo del año pasado una casita en el entorno del Parque Natural de la Albufera de Valencia. Llevaban años buscando algo así: pequeña, tranquila, con huerta, cerca de la playa, legal… ¡no era fácil! Finalmente, encontraron una con los papeles en regla, pero, ay, era una pequeña vivienda autoconstruida en mal estado, con escasa habitabilidad y estética dudosa. Querían pasar en ella el mes de agosto, pero la edificación no reunía las condiciones necesarias, así que me encargaron un trabajo que consistía en hacer habitable la casita con un presupuesto muy limitado (tras la compra, su capacidad económica se había reducido sensiblemente), en un plazo breve y cumpliendo las condiciones impuestas por su situación en el Parque Natural: las actuaciones sólo podrían ser de conservación (estéticas y de habitabilidad), sin incremento de edificabilidad…