En este número repartimos el foco entre obras de rehabilitación recientes y edificios con cubierta inclinada de teja. Sin lugar a dudas, todas se pueden entender como arquitectura contemporánea, en la que los materiales cerámicos se usan ya que responden de la mejor manera posible a los requerimientos del proyecto. En el caso de las obras con cubierta de teja, podría parecer que alguna es rehabilitación, pero –agudice el lector bien la vista– incluso en la transformación y ampliación de nave agrícola en vivienda en Algaida, Mallorca (CA 83 07), la cubierta inclinada de la ampliación, aunque viene determinada por la normativa, es obra de nueva planta. ¿Qué hace pensar, pues, que la cubierta inclinada de teja o más allá, las fachadas de ladrillo, sean unos sistemas constructivos poco actuales? ¿El color, la adaptación a las preexistencias, al lugar? ¿O acaso el respeto por el clima y las soluciones constructivas con las que se atendía, cuando no se contaba, para doblegarlo, con la tecnología actual, metiendo frigorías o calorías donde hiciera falta? Como en cualquier aspecto de la creatividad, o incluso en la relación con otros seres humanos, es conveniente, para descubrir la verdad, despojarse de los prejuicios que nos limitan. Una rehabilitación o una cubierta inclinada con ladrillo y teja pueden ser las arquitecturas más actuales. Aprendamos a mirarlas así.