El contexto urbano donde se sitúa el centro de día nos proporciona mucha información para definir la propuesta. Por un lado, la manzana en la que se inscribe el solar se halla en pleno proceso de transformación. Este proceso prevé la construcción de una serie bloques de vivienda que, ocupando tres de las esquinas, consolidarán la geometría rectangular de la manzana. Por otro lado, el centro, de nueva planta, se incorporará a un gran complejo de equipamientos municipales que ocupa las instalaciones de una antigua fábrica textil que se extiende por el interior de toda la manzana. Se trata de un complejo industrial de indudable interés arquitectónico que se caracteriza por la unidireccionalidad que establece la secuencia de naves y la homogeneidad matérica protagonizada por el ladrillo. Estas dos consideraciones previas, junto con la voluntad de dotar al centro de múltiples relaciones entre los espacios interiores y los exteriores, preservando cierta intimidad, constituyen nuestro punto de partida…