A pesar de los escasos recursos con los que se ha ejecutado este proyecto de vivienda de protección oficial, hay dos cosas que se han cuidado extraordinariamente: por un lado, la planta fluida y flexible de la vivienda; por otro, el aspecto sobrio pero sofisticado y elegante del conjunto, como apuesta inequívoca por dignificar la vivienda social. La planta cuadrada se resuelve con cuatro viviendas de 87 m² en cada una de sus esquinas. La vivienda está concebida como una superposición de tres bandas habitables. Una agrupa los dormitorios ocupando el frente de la orientación más desfavorable. Está concebido como un único espacio, en que uno puede encontrar múltiples formas de subdividirlo, en función de los diversos usos y condiciones familiares que se produzcan en la vivienda. Otra, en el extremo opuesto se convierte en un gran espacio de estancia, orientado a la fachada más soleada. Entre ambas se agrupan los cuartos húmedos en una franja central en la que la cocina ocupa el lugar preferente, abierta a la fachada. Esto convierte a la cocina en el espacio que articula la vida y las relaciones en la vivienda. Se origina además un movimiento circular alrededor de los cuartos húmedos que permite usar el espacio de toda la vivienda con la comodidad, proximidad y privacidad que proporciona tener siempre dos caminos alternativos. Al mismo tiempo se generan diversas alternativas de ventilación cruzada entre las dos fachadas que garantizan la higiene del aire de la vivienda y una buena regulación térmica en las épocas calurosas. Si bien las ventanas tienen su tamaño controlado por razones térmicas, se ha cuidado su disposición para intensificar el contacto con el exterior desde dentro de la vivienda…